Para este poema vacío
Un verso contiene una constelación de hormigas
Que recorren sus caminos milenarios
Llevando trozos de hojas biches y maduras
sobre su
lomo.
Poemas y relatos, creados y leídos en las tardes, cuando el café entra a mis venas.
Para este poema vacío
Un verso contiene una constelación de hormigas
Que recorren sus caminos milenarios
Llevando trozos de hojas biches y maduras
sobre su
lomo.
Desvarío
Quién te puso esa cara de robot, si eras tan linda
Quién confabuló para olvidarte
Cuando eras un recuerdo olvidado
y enredado en la ropa del patio.
La lluvia humedeció tus circuitos
Y por esos no ríes en octubre,
ni bailas la salsa que te embellecía.
Hoy eres bolero viejo.
Ajuar de novia virgen y madre de tres hijos.
Como nunca tuviste ni acariciaste mascota alguna
te chatarrizarán,
te reciclarán y servirás
de materas para las espinas que
carnívoras se comieron las plantas.
Pero tranquila,
Tus cabellos servirán para sacudir la tristeza.
Quintaesencia
Esta noche
no molestan los zancudos.
Son los helicópteros los que
en espiral
derraman sobre Cali
como goteras
virtuales pesadillas.
La muerte se desvela y patrulla
por lugares nuevos
donde huele a miedo,
humedad y pólvora
otra insomne noche.
En algún lugar del mundo alguien más sueña
con esta pesadilla de siempre
igual que hace un año,
medio siglo,
desde que nació la ciudad arde...
El único monumento erguido
es la sombra de un mendigo,
una mariposa revolotea en el Tíbet...
Mientras en Cali la muerte salta lazo
con un puño cerrado.
CC
Sé que la
foto que me regalaste una mañana
la guardé en
un libro.
La foto que
utilizaste para tu cédula.
En la que te
ves bonita y mirando al mundo
Con tu
expresión de niña, joven, mujer y abuela.
La foto en
la que nunca enjevecerás.
La foto en
la que quedaste en actitud de miedo,
rostro de valor
y cara de sorpresa.
La foto que
no te gusta,
pero que
guardará tu juventud extraviada
y tu belleza
atormentada por los monstruos
que mecían
la cuna.
No te
miento,
la he
buscado,
también la
amo,
pero no la encuentro.
En mi mente
la recuerdo siempre
Y también te
recuerdo a ti,
cada vez que
camino,
cada vez que
pienso,
cada vez que
escribo.
TRUE
Sé
que fueron de verdad,
las
caricias y los besos que te di.
Aún
recuerdo el lugar en que por un tiempo
quedaron
tus huellas…
Algún
cabello guardado es la prueba reina
y el vestigio de tu cuerpo.
En un
cuarto la luz que tatuó tu piel, mis manos
que se humedecieron de ti y se escondieron
dentro
de tu profunda tibieza.
Sé
que fuiste verdad,
con toda la suavidad de tus sanos senos
Porque
te amé
Y
cuando te recuerdo no miento.
Letanía
Una
palabra basta, un ruido, la lluvia.
Una
imagen de mujer vestida o desnuda,
son
suficientes para provocar un torrente inexplicable
de
ideas, que otros arriesgados, llaman poesía.
Una
ausencia, una muerte, una herida, una adiós,
un
viejo dolor, la tía nostalgia y la prima melancolía
nos
acompañan, llaman y seducen
para
envolvernos en mantos de depresión.
Sí,
somos depresivos,
ocultamos
adicciones y locuras metafóricas,
fantasmas
alegres y monstruos de malhumor.
Los
poetas no siempre hablamos del amor
ni
de la primavera, no siempre evocamos los
arcoíris de junio.
Hay
mucho de abandono, traumas, obsesiones, temporadas en el infierno,
muchos sueños coloreados de pesadillas
y
de soledades inconclusas, neurosis, fobias,
miedos
que riman con muerte, suerte,
hado,
sino, destino y maldición.
A
todos los poetas les hablan los demonios
y
les dictan versos en el corazón.