CIELO DE INVIERNO 1999



CIELO DE INVIERNO, 1999

LLOVIZNA, TEMPESTAD Y TORMENTA





A Martha Lucía Ochoa Montes,
In Memoriam.






LLOVIZNA








“Estoy tan solo amor,
que a mi cuarto sólo sube,
peldaño tras peldaño,
la vieja escalera que traquea.”

Juan Manuel Roca.


REPROCHE

¿Maldita nostalgia a qué vienes?
¿Malditos recuerdos qué quieren?
¿Creen qué no es suficiente?
¿Creen qué todavía falta?

¿No entienden?
Cuando pienso me torturan,
cuando sueño me lastiman,
todos estos recuerdos añejos que vuelven a mí otra vez
y no quieren alejarse...

¡Dios!
¿Por qué el hombre piensa?
¿Por qué nos mandaste este enigma
que  jamás podremos descifrar?
¿Moriremos sin saberlo?






PREFERENCIAS

Me embriago con tinta, no con vino.

Trasnocho por versos, no por fiestas.

Beso mis hojas, no a mi amada.

Bebo y respiro sólo líneas.

Voy a misa por mis letras.

Soporto ofensas por mis páginas.

Estoy aún vivo por poemas...

No por la vida,

que a mí detesta.





COBARDÍA

Dime, ¿Para qué observar tu mirada esquiva
en busca del suspiro que narcisista calla?

Para qué sentirte arte que no puede describirse,
que ninguna voz podría cantarte.

Entonces...
¿Hablar contigo?
¿Decir, acaso, que deseo amarte?

¡Más si ya te amo!
Oculto, ensimismado,
vive lapidariamente mi amor por ti.

Oculto,
entre los confines infinitos de mi inmensa cobardía.

Tu gallardía al mirarme.
Mi osadía al callar.
Cobardía al amarte,
sin nisiquiera hablar. 




Tempestad



                                    “Soy una gruesa gota de agua
            que cae de la oscura nube                             anunciando la tempestad”

Friedrich Nietzsche







PREDICCIÓN

Ya temía tan cáustica respuesta.
Con ella mis sueños al suelo.
Mis ilusiones pisoteadas,
¡Lastimadas sin su cielo!

Mi fe burlada,
mi esperanza negada,
y mi amor por ti...

Un ave herida
que entre espinas
no levanta vuelo.





MARCAPASO

Oye, amor sordo.
Mira, cariño ciego.
Mudo, inerte.
¡Abrázame!
Con la fuerza y negligencia impotente de tus brazos.

Ven y acércate caminando,
con tus lindas piernas inmóviles.

¡Bésame con tus labios hélidos!
Ácidos y desusados.

Y ámame infinitamente,
sin corazón:
con marcapaso.





ANSIA

Un año más sin ti.
Sin tu mirada,
sin tu sonrisa.

Hoy entre colores y fragancias entristecidas,
una navidad serena se desenvuelve de sus quehaceres.

Sin ti, transcurren con prisa
días insensibles al dolor.
Y aquellas tres vetustas manecillas del reloj,
avanzan afanosas.

Otra navidad vestida de ansia,
de un verde sepulcral contagioso.
Cruel sepelio desolado.

Otra lenta, melodiosa navidad,  vestida de fina gala y fiesta
nupcial colmada de abandono.
Perpetuo funeral...
Y yo sin ti, aún sin ti.


FELICIDAD

¿Dónde están las flores del jardín vacío?
¿Dónde el verde prado enseña estoy vivo?
¿Quién derriba el árbol de frágil ramaje?
¿Quién hace ataúdes del árbol caído?

¿Quién corta la red del pescador de hombres?
¿Quién calla al niño que con hambre canta?
¿Quién rompió las liras del soñador de palabras?

¿Quién negó mi nombre cuando la muerte me llamaba?
¿Quién impidió el alcance de mi felicidad anhelada?






OTOÑO

Cumpliendo a la cita hoy vengo y te traigo,
las flores más bellas del otoño de antaño.
Tan fiel a la cita hoy traigo en mis manos,
las flores más lindas, año tras año.

Pensando en la cita, en tu cuerpo, en tus manos;
te traigo con vida lo mejor de mis años.
Dos azucenas, seis margaritas, cuatro claveles
¡Mi niña, lo sé! Serán de tu agrado.

Cumpliendo a la cita, de año tras año,
extraño tu tiempo, cuando fue parte de mi hado.
Odio aquel día, en el que la vida, a extremo de ocaso,
me dio el compromiso, obligando a mis manos...

Después del sepelio, en el cementerio, en tu aniversario.
Traerte por siempre tan fiel a la cita,
las flores más bellas, después de tu muerte.
En el triste otoño de antaño.




Tormenta




La dicha que me diste y me quitaste
debe ser borrada.
Lo que era todo tiene que ser nada.
Sólo me queda el goce de estar triste,
esa vana costumbre que me inclina al sur,
a cierta puerta, a cierta esquina.
El nombre de una mujer me delata.
¡Me duele una mujer en todo el cuerpo!

Jorge Luis Borges




GRIMA

De nuevo te hago llegar mis cartas.
Las tontas cartas que te descontrolan.
Las mismas cartas que tanto quisiste una vez,
pero que ahora,
en el lento morir de mi talento;
te decepcionan,
causan grima,
te ofenden y mortifican.

Sé no tendrás tiempo para leerlas,
pero mi vida ha caído tan bajo,
que tiempo de sobre tengo para escribirte
y llegar a ti...
Con la misma humilde sonrisa que solía enviarte
envuelta entre mis cosas.

En los necios versos que ya no te alegran,
que ya no te conmueven ni te alimentan
ni mucho menos se comparan siquiera a la nueva ilusión de tu
tiempo.
Porque al hallar una luz en otra senda,
creaste en mi, el mismo idiota y necio ser de soledad y penumbras,
           que sólo sirve para escribirte,
que sólo vive para quererte,
aunque sabe bien que al recibir las cartas no tendrás tiempo siquiera
para romperlas.
Mucho menos tiempo para leerlas.


BANCA

Así no vuelvas, te estaré esperando.
Porque juré por ti que mi amor sería fiel.

Mudaré cada dos días mi ropa,
cambiaré de mi camisa la rosa amarilla si se marchita...

Y te seguiré esperando,
porque aunque no regreses nunca,
el cielo me estará mirando.

Y si en verdad jamás vuelves,
no habrá más remedio...
Moriré en silencio,
sentado.





AQUEL

Mujer.
Ya no soy el niño que conociste una vez.
Aquel que evadía tu mirada titánica
en mi lejana timidez avergonzada.

Aquel,  que no podía con el peso de tu perfume,
ante las ráfagas tormentosas de tus fragancias.
Tu atrevido y sensual aroma de mujer fatal.

Ya no soy el mismo, mujer.
Ahora,
mojo la cama.




PUNTO

Con ser lo más sincero posible, cumplo.
Con soñarte cada noche,  largamente, cumplo.
Con enviarte la docena de claveles rojos, cumplo.
Con esperarte en la misma banca desde enero, cumplo.

Con amarte, quererte y respetarte, cumplo.
Con desear de la manera más vehemente tu llegada, cumplo.
Con obsequiarte las únicas luces y sonrisas de mi vida, cumplo.

Con hacer hasta lo imposible por llegar a ti
y tú que lo sabes todo, cumples.

Como siempre,
con ser la misma inalcanzable que lee y relee mis estúpidos poemas
y termina arrojándolos sin misericordia al colmado cesto de la basura,
y punto.





ÚNICO


El único que se cree sus mentiras.
Que se baña en ellas todos los días.
Si respira, cree que está viviendo.

El tonto que mirándote se inspira
y tan sólo imaginándote,
piensa en tu rechazo y se lastima.

El único que cree todavía en la cigüeñita linda de París,
con el bebé en el pico y la tarjeta.

Ese mismo,
que por obsequiarte rosas blancas cada domingo de sol,
se destroza las manos con las espinas
y cree que lo estás amando.
Porque hasta en la sangre que derrama
dice ver tu sonrisa.



CLON


Te pareces a un recuerdo.
A la canción del jueves.
A los cabellos muertos de una peluquería.
A un espejo roto.
A una mesa coja que sostiene libros que nadie lee.
Te pareces a la noche en su largo velo,
a un perro blanco manchado de isodine.
A las flores húmedas del mismo sepelio,
a la ciudad con el barro,
a la ciudad sin sus barcos.

Te pareces a un recuerdo.
Al viejo faro ciego en la arena.
Al cansado viento que alza cometas,
al sabor anclado de un sueño olvidado.

Te pareces a marzo.
A la vida vista desde afuera.
Al pan y al café, al sancocho,
al gato sin cola y a las escobas de la tienda de la esquina.

Te pareces a un recuerdo
que no ofrendó el adiós en la despedida.
A la sonrisa que queda en un bolsillo
humedecida con lágrimas tímidas.

Te pareces al amor cuando nadie lo pedía.
Y  al final del amor.


TRAICIÓN
“Jamás te olvidaré mujer.
Porque cuando estuve en la orilla del abismo del suicidio,
besaste mi espalda empujándome”

Macabrio Oldumar
Soy lo que ves.
Un ser emocionalmente desbaratado.
Un lamento inconcluso.
Un recuerdo olvidado,
un grito sin voz.

Una piedra en bruto sin esculpir,
¡Un bruto!
que por ti confunde:
cincel y pincel,
amor y dolor.

Una voz herida que una vez te llamó.
Un ser abatido al que tu belleza abandonó.

Un ajedrez sin su Reina,
Un ajedrez sin sus cuadros,
Un ajedrez...
¡Yo el peón!

Quien espera todavía tu llegada,
quien confía ciegamente en tu llamada
o en la vital carta siquiera,
que no se ha escrito y ya se rompió.

Soy lo que ves.
Un desahuciado sin alma.
Un moribundo sin cama.
Una autor sin canción...

Un tipito cualquiera,
que aun si te viera cerca,
por ti la vida diera.

Aunque besaras mi mejilla izquierda,
así me mataras por la espalda...
sin amor y  a traición. 




ESFINGE


En un cuerpo que muere, al que Dios de un soplo le quita la vida.
En eso lo tienes convertido.
Dirás como Marcela que no tienes la culpa.
Que si la montaña es gigantesca y el río largo y cristalino,
tú eres inocente de ser bella.
Que es sólo él quien vive el sueño.

Caminos que por ti se muestran anchos y después se truncan.
Como surcar un río, responderle a la esfinge y olvidar la pregunta.

Por ti pastores sueñan,
aman, deambulan, caen y sangran.
¡Se desquician y suicidan centinelas!

Aunque nunca le des esperanza y tan cruel,
nunca lo quieras.
Aunque por ti ahogado muera...
Serás por siempre mujer,

Su Remedios, la bella,
su recuerdo de junio,
de Grisóstomo, su Marcela.



QUISIERA

Quisiera que me quisieras.
Quisiera que por mi algo,
aunque fuera poco, de corazón sintieras.

Quisiera que vieras algo,
torpe o por azar brillante,
pero que de mi algo vieras.

Quisiera para ti un altar entre lejanas estrellas.
Ya sé que para ti soy fango, lástima, grima y miseria.

Quisiera que me extrañaras,
quisiera que me pensaras...

Mujer,
por ti siempre,
quisiera, quisiera.




CLUB
Morir por dentro.
Perder el respeto por ti mismo.
Dejar de bañarte, dejar de comer y pensar tan en serio en suicidarte.

Mirarte al espejo,
contemplarte en silencio.
La clara muestra de ser imperfecto,
de ser lo que he sido, de ser lo que soy,
de ser tan cobarde,
temerle a la vida,
soñar con la muerte,
odiar el amor.

Siempre con el tiempo atrás, azarándote, persiguiéndote,
azotándote ni persignándote ningún ángel acude al rescate.

El fin y el ocaso.
¿Terminará el tormento?
¿Aparecerás en el último momento entre la niebla y cesarás con tu voz la tempestad?
¿Alejarás la muerte que ronda, vacila y coquetea?

Muerte.
Ahogar la voz.
Mirar al cielo.
Recordar en vano que una vez nacimos.
Legar con sangre lo infame de nuestro recuerdo.
Matricularse de una vez por todas en el club de los suicidas,
Que Dios reprueba, por toda la eternidad.



VERGÜENZA


Mejor olvidarte para que no me de vergüenza.
Para evitar las risa,
la sorda sorna.
El rubor infame en las dos mejillas izquierdas.

El mundo ve sólo divagar a uno,
entre tumbos tocar una por una un millón de puertas.

Ahora risas,
estupideces, locuras,
que ya mueren doblados y en el suelo,
los viandantes del caos que me ven tocar sin respuesta.

Aborrecen la risa, se retuercen,
me maldicen,
mientras sangre brota de sus ojos.



                                                         


VOS

                   “A tus agudos senos
                    que nunca aprisionaron corazón humano”

                   Charles Baudelaire

Vos no sabés qué es llorar.
Vos no sabés qué es amar.
Vos no sabés qué es verle la cara a la noche
a las tres de la mañana
y pensar en vos.

Vos no sabés qué es encerrarse en el baño de uno mismo,
y para variar, llorar por vos...
sin que nadie te anime,
sin una voz que piadosa te consuele.

Pasar parte de la vida
escribiendo para vos pendejadas.

Regalarte fresas, chocolates y poemas
que ya has debido botar a la basura
o al funesto muladar de tu amor.

Junto al hermoso monumento que esculpió y escupió cupido.

Vos no sabés qué es una obsesión.
Tener tu imagen perpetuada en la memoria.
Tu nombre como amuleto,
tu nombre como un ángel,
tu nombre como una oración.


Por qué no te apiadás de quien por vos sufre,
y entendé,  por favor,
todo este dolor brutal que tu indiferencia e insensibilidad crean.
Cada vez que no me ves,
cada vez que no me hablás,
cada vez que fingís que me ignorás,
y me partís en pedazos los últimos restos mortales de mi cuerpo…

Que ni Dios ni el Diablo,
se dignan recoger.



SOPA

Yo pensaba que era frase de cajón.
Pero, de cajón o armario era cierto.

Justo ahora,
encontrarte hasta en la sopa,
en el tenue rumoreo de la lluvia en el tejado,
en la luz que traspasa y forja tu silueta en la ventana.

Oírte en estas tardes ociosas,
de siestas, de fiestas
o funerales inéditos como hoy...

Cuando voy a tomar la sopa
Y no está la “A”, primera letra de tu nombre,
ni la oblicua tilde de tu acento.

Y quedo solo,
remando triste con la cuchara,
en el inmenso mar de mis pasiones.  


CUÁNDO

Pregúntale a tus libros que lo saben todo,
que significarán estas ganas de abandonar
a ti y al mundo.

Estas lágrimas que abundan,
sin nadie y nada que las enjugue.

Este llanto sin testigos.
Sin noche ni luna en que reflejarme.

Pregúntale a tus libros que lo saben todo
cuándo dejaré de ensangrentarlos.






EXCEPTO

Esta mañana que tembló,
¿Qué estarías haciendo?

¿Durmiendo, barriendo, en la ducha ya?

¿Leyendo, limpiando, escribiendo?

¿Qué estarías haciendo?

De la infinidad de actividades diarias,
por mí, ignoradas todas,
ante la duda, tengo una certeza.



Cualquier cosa estuviste haciendo,
mientras nos movían el piso
-Cinco punto ocho grados, en la
escala de Richter-

Todo, excepto,
pensar en mí.






GOTERA
Hoy que truena,
que tiembla la casa,
que se amplía más y más
con agua y mancha en el techo esa gotera.

Hoy que las aves de la tarde
se refugian en los árboles de los nidos olvidados.
Hoy que el cielo de invierno se desahoga en silencio,
escribo las cosas de rigor para cuando muera.
Asisto al dolor visceral que me provoca tu ausencia.

El bendito cromo del calendario que cae y cae,
y al final me lleva entre sus cuentas...

Sufro con las grietas de mi piel,
un grito que por ti  se alienta.
Y este inquieto bolígrafo
que como hoy no estás,
quiere bailar sobre la hoja en blanco.

Escribe algo sobre el tonto que le pone el ritmo
o que sobre una página solitaria, teclea y teclea...

Dizque para mitigar su tristeza y dignificar su dolor,
te ofrenda con papel.
Te quiere o quiso,
llora o lloró,
pero eso sí,
¡Por siempre te recuerda!


CORRIENTE


Esta cara de enfermo no la cura nadie.
Esta lápida en el cuello.
Esta foto lejana de un triste recuerdo.
Esta piedra enorme atada con nudo ciego.

Una soga que a su vez, alguien,
-tal vez yo-
ha amarrado a mi cuerpo.

Este puente quebrado,
tan elevado,
¿Con qué lo curaremos?

Abajo,
Vive el río viejo,
caudal de caudales,
¡Corriente de muertos!

Primero, tirar la piedra al río,
tras ella,
ahorcado por la soga,  iré yo...

Sin cáscaras de huevo
a la profundidad de mi infierno. 


CUASIMODO

Comprendo la vergüenza que te asiste,
saber que es un monstruo quien te ama,
soñar con un cadáver en pijama,
que besa tus ojos mientras duermes.

Comprendo que temas a sus dádivas,
entiendo que huyas de sus cartas,
su letra es tan semejante a su cara
que tu nombre por el escrito es una ofensa.

Entiendo que aborrezcas sus palabras,
comprendo que detestes sus miradas,
sus ojos son tan agrios y tan tristes,
que hieren a los tuyos como dagas.

Acepto que reniegues de su cuerpo:
-“Hay monstruos más presentables por lo menos”.

Quien te habla se ha mirado en tu espejo...
Y tienes razón en repudiarme,
hasta Cuasimodo es más elegante,
¡Mucho más bello!






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