viernes, 3 de mayo de 2013

                             INTRANSIGENCIA

Cada mañana al borrar un poco más y al desgastarme la cara al afeitarme, con la mezcla  de gotas de sangre y una olorosa espuma blanca.

Mientras la ciudad despierta de su espeso sueño en vilo, las putas que desayunan con cerveza y que preparan la colada para el niño.

Atravesar con un morral lleno con mil temores por las calles y  las avenidas recién barridas, y al esquivar el perro muerto en el pavimento...

Obreros, indigentes, docentes, delincuentes, policías, estudiantes, secretarias, enfermas enfermeras apretujados en el bus azul de las mañanas...

Bellos senos que seducen sin la música de las miradas extraviadas que encuentran un reloj enemigo que amenaza.

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