APARICIÓN
Fantasma
que me quitas la vida todos los días, elucubras, deambulas y te vas entre las
sombras.
Fantasma
que tienes nombre y te enredas en los cabellos de ella y de su hija, sal a pasear por otros bosques, mira que hay luna llena como te gusta y los
esclavos siguen encadenados cerca de la fogata apagada, en la playa otros
buques sin luces flotan sin rumbo.
¡Qué
importa que todos hayan muerto!, el olor a la Muerte te excita, la mortecina de
las moscas y de los Gusanos azules enlodados con sangre…
Obedeces
y cantas entre las luces intermitentes y te escondes atrás de los niños en las
novenas como el buey y detrás de ellos
contemplas el pesebre, les desconectas el arbolito y les destiemplas las
guitarras y rompes las panderetas, descoses la vida, la piel, la lógica. Detienes el tiempo y traes el insomnio, a
través de ti está el Miedo, eres el Miedo en el parqueadero solo, en el sótano
que no quieres cuidar, porque no
quieres explicar tu imagen en las fotografías, esa luz, esa mancha, esa maldita
silueta que no sabés explicar, que no querés explicar, en el conjuro que no querés rezar porque lo
recitó un suicida y ahora te vas a limpiar otras lápidas, no te importa la
hora, no te importa el silencio de las tres de la mañana en esta ciudad que
tiembla, que se sostiene por puentes y telarañas, que ve mover escobas cerca de
los andenes.
Fantasma
que me quitas la vida todos los días, elucubras, deambulas y te vas entre las
sombras.
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