miércoles, 9 de septiembre de 2020

Letanía

 

Letanía

Una palabra basta, un ruido, la lluvia.

Una imagen de mujer vestida o desnuda,

son suficientes para provocar un torrente inexplicable

de ideas, que otros arriesgados, llaman poesía.

Una ausencia, una muerte, una herida, una adiós,

un viejo dolor, la tía nostalgia y la prima melancolía

nos acompañan, llaman y seducen

para envolvernos en mantos de depresión.

Sí, somos depresivos,

ocultamos adicciones y locuras metafóricas,

fantasmas alegres y monstruos de malhumor.

Los poetas no siempre hablamos del amor

ni de  la primavera, no siempre evocamos los arcoíris de junio.

Hay mucho de abandono, traumas, obsesiones, temporadas en el infierno,

 muchos sueños coloreados de pesadillas

y de soledades inconclusas, neurosis, fobias,

miedos que riman con muerte, suerte,

hado, sino, destino y maldición.

A todos los poetas les hablan los demonios

y les dictan versos en el corazón.

Pandemia


Pandemia

Nos contagiaron el miedo

que es el peor de los virus.

Nos dijeron la muerte está

en el siguiente respiro.

¡Aléjate, enciérrate, escóndete, lávate!

De paso arrepiéntete, dona, ahorra, pide…

Eres mortal,

 eres tan  frágil, ínfimo y  cobarde.

Cuidado con la tos, ¡No toques, no salgas, te cremarán!

Ya no tienes el control de tu vida,

estás caliente,

estos son los próximos síntomas…

Y tus últimos suspiros.

Nos quitaron la libertad y nos la cambiaron por noticias que enferman.

Al final no sabremos de qué moriremos:

Si de bala, de hambre,

De COVID 19, de desamor, de soledad, de depresión, de represión

o del mismo miedo que se oculta tan  cobardemente

detrás de un  teclado y un tapabocas negro.

 

Coqueta muchacha negra

Coqueta muchacha negra

Cali es una muchacha negra que respira música percutora de nostalgias,

Cali se renueva y se oxida con su sol de chontaduro y borojó.

Mixtura de violencia, cholado, olores, dolores y razas.

Cali, inhala humo psicotrópico y oxígeno salsero,

mágicas historias de pegante, marimba, decadencia y armas.

Cali es una maceta dulce obsequiada por una madrina depravada

con figurines de muertos y muecas judicializadas.

Coqueta muchacha egoísta,

bulliciosa, sexy, promiscua,

futbolera y noctámbula.

Odio y amor visceral entre la juventud que se desangra.

Hija adoptiva de don Pandebono y miss Champús, malévola…

Tus noticias y tus malas nuevas diarias, te delatan…

Cali asusta,

Cali no lee,

Cali amenaza.

Cali agoniza ebria

 y enferma baila.

 


sábado, 5 de septiembre de 2020

Somos agua

Poema escogido como el ganador del 

I Concurso Nacional de Poesía

Premio Nacional Plenilunio 2020.


Somos agua 

Somos agua,

sudor,

saliva.

¡Somos sangre!

Tinta caligrafiada en el papel de los días.

Somos lluvia,

estornudo apocalíptico,

lágrimas ocultas,

río de lágrimas anónimas.

Somos el agua efímera y eterna

de Tales de Mileto,

de fuentes cristalinas.

Somos agua

herencia del diluvio.

El agua de la evolución,

de la involución,

de la ebullición.

El agua de todos los mares,

la de todos los días,

somos aguas residuales…

Pócimas,

menjurjes,

El agua del café y del té…

Somos el agua del pozo paciente

con su lecho silente

 lleno de hojas muertas.

Somos el agua homicida de Narciso,

el agua negada a Cristo.

Desde que flotábamos en el líquido amniótico,

soñábamos con océanos y

vaciamos la vejiga.

Terminaremos

siendo el  agua sedienta

que se pone en el vaso

 debajo del ataúd.