PENTÁGONO
ANDRÉS PALACIOS OCHOA
(POEMAS ESCOGIDOS COMO LOS
GANADORES DEL VIII CONCURSO DE POESÍA DE LAS RED DE BIBLIOTECAS PÚBLICAS DE
CALI, EN EL MARCO DEL XIII FESTIVAL
INTERNACIONAL DE POESÍA DE CALI)
TEATRO MUNICIPAL ENRIQUE BUENAVENTURA, 2 DE JULIO DE 2013.
PSEUDÓNIMO:
RAMÓN
VALDÉZ
CATEGORÍA:
ADULTOS
SURCO DE SAL
Cali
Hembra viciosa.
En tus senos tatuados:
Tres cruces y un Cristo Rey.
Tu noche,
agujero negro.
Tus calles, tentáculos inquietos,
quien es abrazado
se pierde para siempre.
ESPECTRAL
Pasa Cali con sus rutas,
sus nombres y sus números,
por una calle ensombrecida,
una noche atroz
infestada de armas.
Belén sobre ruedas,
Papagayo noctámbulo,
Río Cali flotante se detiene en el semáforo que croac.
Dos taxis estrellados contra el poste
como peces amarillos con los ojos por fuera.
Hermosas sirenas sobre motos,
esquivan los mendigos que levitan…
Un ebrio desenfunda su pez espada
y el silencio, invento de otros,
ahoga el reloj
con Cali encima –
y encinta –
de monstruos subterráneos e invisibles
que piden a Dios, cien pesos para el pasaje.
MENSAJE
Cuando el calor nos
encuentra a ambos
y el sudor nos recuerda el
agua.
Tus besos con la boca
pastosa
saben a jarabe añejo y a miel fermentada.
Cuando la última flor dejó
sus semillas
y el sol arrasó la granja,
quedó el esqueleto del
perro, que cuidaba también la casa,
junto al gato tuerto que
devoró la torcaza con la que te enviaba el mensaje...
“Por favor, huye del
pueblo. Nos van a matar los paras”.
Cuando el calor nos
envuelve en sus largas y lentas brasas,
comprendemos tarde que ya las FARC nos
incendió la casa
con todos los animales...
Y al carbonizar a nuestros
padres,
nos quemaron también el
alma.
GIRO
Empecé
por contar uno a uno todos los lunares de tu cuerpo.
Acariciar
tu piel, absorber la fabulosa fragancia de tu perfume.
Enredar y ondular con mis dedos tus cabellos.
Cerrar
tus párpados con dos besos.
Seguir
los suaves contornos de tu boca.
Besarte
dormida.
Dibujar
con tu labial una gaviota en tu espalda.
Ascender
heroicamente a la torre excitada de tu cuello.
Alzar
en un mudo aplauso tus brazos.
Unir
tus manos: uñas largas y rosadas.
Perfumar
con talco tus senos…
Ahora,
sólo
quito las flores secas de tu tumba.
LÍRICA PSIQUIÁTRICA
Recitaba
a las enfermeras textos de sodio, cromoglicato y de Baudelaire…
Declamaba
a Bécquer en la rutina de las inyecciones matinales.
Repetía
de memoria versos mientras se mecía en la silla,
atrapado
en su camisa de fuerza, ondulante, escuchando campanas…
Como
sireno desesperado,
Como
prisionero necio y ansioso
condenado
a la noche de los versos
del
mediodía…
La
confesión del tiempo extraviado en hojas cuadriculadas…
Una
pastilla para la memoria,
Una
grajea para la calma,
Una
píldora para la emoción
Y
para el control de esfínteres,
Sobre
la sábana que sirve de capa para el poeta,
El
católico musulmán de tierras cercanas,
el
conocido y famoso,
el
peligroso y prolijo,
El
poeta del 608,
¿O
la 806?
Como
poeta recitaba a los psiquiatras versos que hizo olvidar la prosa y
el prozac.
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