TEMBLOR
De día se te notan las manchas, las arrugas y las Cicatrices.
La tendencia a engordar. Los años de risas, ya son sobriedad, menguadas
por el tiempo. Los pasos que recorres son recogidos y guardados en el viejo
armario de cedro en forma de zapatos que sacan callos. Tus labios ya no
florecen besos, sólo ofrecen palabras
comando:
“Abre, sigue, siéntate,
calla, vete”.
Eres un sol que se apaga, una belleza que se aleja y se extingue, como
la efímera juventud de los humanos, apurados por un sol con más ultravioleta
que helio, con una piel que sufre el hielo de estas estaciones rebeldes del
trópico violento.
Recuerdos del Sexo, la sopa erótica de los domingos, los paseos de la
noche frente al espejo, desenredando los cabellos negros y plateados.
De día se te notan las cicatrices, en la noche los ruidos de los huesos
y el amor que se te escapa de la piel.
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