COTIDIANIDAD MATINAL
Si de niño, alguien me hubiera dicho:
"Juega" "Toma el balón"
"¡Escóndete! Que al contar hasta veinte, te buscaré"...
"¡Corre!, que el Lobo existe y Caperucita tiene el período",
Hubiese aprovechado mi vida en cosas más serias como jugar más e intentar y arriesgarme a Ser felíz...
Ahora que las facturas llegan por debajo de la puerta y que los bancos sólo me quieren a final del mes, y que debo completar para la renta, comprendo, azotándome contra las paredes, que la vida no es un juego...
Una verdad matemática y antilírica me aniquila,
en la cotidianidad financiera más cruda, elemental y fría...
Si tan sólo fuera niño, otra vez.
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