CASI SUICIDA, CASI HOMICIDA
La
muchacha se lanzó al vacío desde un balcón de un sexto piso del Hospital Universitario y al caer
descerebró a una joven doctora. Era una buena mañana para morir. Hubo una temperatura
agradable en Cali, un descongestionado tráfico en una ciudad que desde temprano
pensaba en fútbol. Sus errores, no pensar en la aglomeración de la hora del
café. Haber escogido como carrera Enfermería y creer que algún día sería
médica. Haber caído en el cuerpo de
alguien que debía morir ese día y no lo sabía. Su error más grave, sobrevivir a una caída libre de 22 metros de altura. Al poder de 5 bacterias agresivas en hospitalización, a
las entrevistas manidas de los psiquiatras ansiosos, a las miradas inquisitivas
de tú mataste a la doctora y ni siquiera te partiste el espinazo. Suicida,
fracasada. ¡Asesina! Por qué no buscaste otro edificio desocupado, una jaula
abierta en el zoológico, salir a correr con tu cadena de plata en el cuello en
una tarde de truenos y relámpagos, hubieras aumentado la dosis del raticida,
mejorado los cortes paralelos de tus venas, te hubieras arrojado a una camión o
autobús en la autopista.
La
Enfermera que se lanzó al vacío está enferma. Ayer sepultaron a la joven médica
y la universidad como la ciudad se sorprenden con una noticia como estás que
pone en evidencia el morbo de la muerte pero que también será olvidada. Está consciente,
alerta y escucha todas las voces que le hablan. Escucha de nuevo la ronca voz
que le recuerda su vida depresiva y miserable y el rutinario: ¡Mátate, Mátate,
Mátate!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario