COINCIDENCIA
Habían atravesado la capa
de nubes y un sol radiante bañaba todo el interior del avión. Todo iba como
pensaban: el futuro empacado dentro del equipaje, la ilusión de la felicidad
cercana; la millonaria recompensa ganada con una llamada de denuncia y delación,
que les garantizaría una vida mejor con dos cuentas bancarias plenas. Cruzaban
el océano hacia el país que siempre soñaron. Mientras miraban embelesados el
espectáculo enmudecedor del Atlántico, ella le tomó la mano. Se distanciaban de
su trópico alegre y violento, alcanzaron a mirarse con ternura, a acercarse con
la fuerza magnética de un beso, en el instante justo, en el que en ese cielo
azul espléndido, el avión explotó.
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