martes, 19 de noviembre de 2013


SERVILLETA

Amor:
Ahí te dejo un cabello y la comida tapada.
Creo que todavía debe estar tibia pues hace poco que la preparé.
Al pollo lo besé en el pico antes de estrangularlo, y tienes razón, la carne no queda tan dura.
Las habichuelas se estaban pudriendo dentro de la nevera, bien sabes que lleva varios días averiada, pero aún así, sirvieron para darle ese sabor agridulce que tanto te gusta.

En la jarra del jugo, te dejé café del que sobró del velorio de mamá.
Lavas, por favor, el plato, eso evitará las hormigas y las indeseables cucarachas que vuelan y revolotean por toda la casa cada vez que te alejas.

El cabello, encima del plato, es para agradecerte por el dinero de los pasajes que me obsequias para ir a las quimioterapias. 

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